Sergio, el padre de la niña de 4 años de Sant Boi asesinada el pasado 31 de mayo por su madre en Sant Joan Despí, ha escrito esta carta abierta a los medios de comunicación.
Anna, Olivia, cuanta tristeza ha provocado vuestra muerte. Desde casa cruzaba los dedos como seguro hacían millones de personas deseando que ese monstruo no hubiera llegado a hacer lo que lamentablemente se confirmó la semana pasada. Nadie y mucho menos un padre puede creerse en el derecho de poder decidir cuando acaba la vida de sus hijas. Los niños deberían ser felices. La infancia debería ser sagrada. Pero el machismo no lo entiende e incluso utiliza a las personas más inocentes que existen para hacer daño a las madres. Es una lacra que debemos seguir combatiendo como sociedad. Sin relajarnos. Hasta conseguir erradicarlo. Hasta que todas las mujeres, hasta que todos los niños puedan sentirse seguros.
Beatriz, te quiero expresar todo mi apoyo y solidaridad. Ojalá algún día sea lo suficientemente fuerte para poder ayudarte si crees que te puedo ser de alguna ayuda. Puedo imaginar el terrible dolor que sientes ahora mismo. Yo también perdí a una hija el pasado 31 de mayo. Su madre no mostró ningún respeto por la vida de Yaiza y se la llevó con el único objetivo de hacerme daño. Me lo ha hecho, sin duda. Nunca había sentido tanto dolor. No creo que deje de sentirlo. No le importó que sólo tuviera 4 años y toda la vida por delante. Todavía tenía que aprender a nadar sin manguitos o a montar en bicicleta sin los ruedines. Tenía que soplar tantas velas de cumpleaños.
Ella también es un monstruo. Todos lo son. Ahora me pregunto cómo no pude verlo. Me dicen que asuma que no había nada que yo hubiera podido hacer para evitarlo. Pero yo no puedo dejar de pensar en que le he fallado a mi hija. Perdóname, cariño, lo hubiera dado todo por protegerte de cualquier peligro.
Los últimos días me he sentido arropado por familia, amigos y vecinos. Hoy su pueblo la recordará en minuto de silencio. Han pasado casi tres semanas. Hubiera preferido que fuera antes, aunque el ayuntamiento se ha mostrado siempre cercano. Hubiera preferido también que el resto de instituciones hubieran condenado unánimemente el crimen. Muchas optaron por no hacerlo. No es mi intención reprocharle nada a nadie porque supongo que no sentían que fuera necesario. Sí quiero hacer una reflexión pública sobre ello. Me gustaría que se recordara que la víctima es ella. Se llamaba Yaiza y tenía 4 años. Que se olviden de mi. Incluso que se olviden del monstruo, que espero que pase cuentas con la justicia. Que piensen en ella, en Yaiza.
Huyo de lecturas políticas de ningún tipo. Si alguien quiere utilizar a los niños para hacerlas tendrá todo mi desprecio. Ojalá no le vuelva a pasar nunca a nadie. Que ninguna otra niña sufra a manos de su padre o de su madre. Y que ninguna otra víctima caiga en el olvido. Hoy el pueblo despedirá a Yaiza y, para acabar, me gustaría hacer una petición a los medios de comunicación que estén interesados en reflejarlo. Si alguno necesitara fotos o vídeos, por favor, eviten los primeros planos y las imágenes incómodas.
Mi vida por volver a hacer un puzle a tu lado. Te quiero y te querré siempre.
Sergio, papá de Yaiza