
Se nos fue la Agencia del Medicamento y ahora la Feria del Móvil y nuestros profesionales de la política, transidos en sus líos, han asumido ambas pérdidas con “deportividad”. En un caso, un proyecto ilusionante, en el otro una realidad ya amenazada por desplantes, huelgas y falta de alternativas, dadas las críticas de muchos responsables municipales. Ocurrió al final lo que deseaban algunos, se canceló el evento, mientras otras ciudades mantenían los suyos, y hasta en el caso de Ámsterdam con una feria similar a la de Barcelona.
Mientras tanto “el hacer política” ha sido el pasatiempo favorito de muchos representantes públicos, renuentes a ocuparse de satisfacer las verdaderas necesidades populares de tipo material de forma eficaz.
Sé que nuestro desempleo (12% en Sant Boi) aumentará a consecuencia de la anulación de la Feria y que el sector servicios que es ya el que aporta más a nuestra economía local, recibirá un “bofetón” en el inicio de la nueva crisis incipiente, una sacudida que podrá llevar a muchas PIMES y a autónomos locales a la precariedad.
Sepan que Sant Boi fue la ciudad del Baix Llobregat con más quiebras en el primer trimestre del 2019. Si ello lo relacionamos con su nivel de renta inferior a la española y a que es la segona ciudad más pobre de la comarca, tenemos una situación más que preocupante con un 15% de pobreza crónica.
En muchos plenos acuden afectados por cierres y ERES que explican su situación y reciben una amable condolencia y poco más. Supongo que en el 2020 el ritual continuará, ignorando las señales de alarma que las plantillas y sus directivos emiten antes de su ocaso.
Vean de nuevo la sordina municipal funcionando en el caso de los ajustes de plantilla en nuestros manicomios, que llevan tiempo acumulando dificultades sin que la que es una de nuestras principales empresas a nivel de empleo, acabe de despejar sus problemas funcionales. Pero claro, ahí tenemos un opaco cluster sanitario donde se supone que estos problemas también podrían ser abordados, pero no se hace. El cluster es un palacio vacío donde antes existía un necesario centro de Formación Profesional (FP). El cluster es una palabreja que enmascara escasos logros, es un guiño político y poco más a un sector clave para la economía local.
También cuando en ferias y actos públicos te preguntan por si nuestros polígonos industriales están equipados de fibra óptica y servicios completos sabes que la respuesta afirmativa se encuentra en el vecino Viladecans. Carecemos en Sant Boi de una política de atracción industrial, y hasta un popular turronero ampliará sus instalaciones en la zona de Viladecans.
Así que sigamos perdiendo lindes con el Prat y Sant Joan Despí. También juzgados a favor de Gavá y mantengamos a mimadas empresas municipales como Coressa para afrontar las futuras sanciones de Bruselas por la recogida selectiva de basuras en 2020.
Sant Boi, tan bienaventurado por su aire puro, deberá considerar los intentos de envasar el aire en latas de 3 litros a 20 dólares y, dada la contaminación metropolitana, podría ser una actividad lucrativa para nuestra economía local. O una nueva mueca inexpresiva a nuestra triste realidad.
Olga Puertas és regidora no adscrita de l’Ajuntament de Sant Boi