Salto de vallas

Olga Puertas, candidata a la alcaldía de Ciudadanos, a las puertas de Can Massallera // Elisenda Colell
Olga Puertas // Arxiu

Hace unos días la Cataluña secreta y oficial nos daba a entender que no seríamos multados por la Unión Europea por el incumplimiento del plan de zonas de protección de aves (ZEPAS) que desde la UE se nos exige para el Parc Agrari. 

Se había rebasado el tope de febrero de 2022 dado por Bruselas. La incansable consellera Jordá seguía negociándolo, todo con todos. La base eran las denuncias de DEPANA (ecologista) del 2004 por las ampliaciones del puerto y aeropuerto, no compensadas a nivel ecológico.

Unas centenas de socios convencidos, con buena conexión con SEO-birdlife, lograban saltar las vallas del silencio administrativo, de la indiferencia de los medios y de las retrancas payesas para retrasar su ejecución.

Se mantenía aún la reserva y empezaban las excusas y acusaciones entre los afectados.

Es decir, desde los ayuntamientos de Sant Boi, Gavà y Viladecans, nadie quería afrontar las  precisas adecuaciones que solo El Prat cumplía e incitaba a los demás a ello.

Claro está, era el dinero que a los tres ayuntamientos citados no les sobra para dedicarlo al medio ambiente.

Hacía unos días que los tres habían anunciado un “bluff”; la creación de un HUB de agricultura intensiva, a la espera de conseguir fondos UE. Contradictorio, cuando menos, con el compromiso que DEPANA les arrancó de mala gana. Lógicamente DEPANA se opone al HUB porque dificultará sus propósitos ambientalistas. Ellos sí ponían una nueva valla a este tipo de agricultura de altos rendimientos. Ellos habían conseguido ya 2.372ha, un 154% más, y aun así esperaban conseguir hasta las 4.000ha.

Pero es que, además, si huimos del farragoso análisis de los comunicados en prosa oficial, y contemplamos lo ocurrido en otras zonas ZEPA catalanas, no se entiende el secreteo y el afán de ocultamiento de los negociadores para minimizar la victoria de los DEPANOS sobre las 2.938ha de la mitificada reserva de suelo, -zonas 24 del PGM del 1974 (Serratosa-Solans), que en 1996 pasó a ser “Parc Agrari” de la DIBA-. ¿Quién ignora que los humedales del Empordá, del Delta del Ebro y del Canal Segarra-Garigues son zonas ZEPAS desde hace años?

Las quejas de los agricultores son continuas e importantes; provocando el abandono de las explotaciones y un gran malestar por las imposiciones y limitaciones decretadas; incluso con las plagas, semillas, los invernaderos, horarios, y agroquímica. 

Es decir unas cuantas vallas más, para la libre circulación de los escasos payeses y sus productos. Ahora, en esta carrera de salto de vallas, corren y saltan los ayuntamientos, AENA, la señora Jordá-Agricultura, la ministra Raquel, los cazadores, los agricultores con sus grupos de interés: Patronal-S. Isidre, UP, JARC. Pronto las aplicaciones reglamentarias, los cuerpos de celadores que multarán las faltas y, sobre todo, una incomprensible falta de transparencia en algunos de los coprotagonistas del nuevo obstáculo para que los payeses intensivistas, con su buen producto y con estructuras de capital familiar, sufran ya el desahucio de su necesaria actividad. 

Porque a todos los inconvenientes descritos, como vallas a salvar, hay una que no se la salta ni el mejor caballo de la Infanta Elena. El ser declarado zona ZEPA equivale a una expropiación forzosa y gratuita. Las tierras conseguidas con esfuerzos durante generaciones quedan desprovistas de su valor de cambio. Serán para que 350 especies de aves en su duro periplo del África al Norte de Europa puedan anidar libres y felices. Mientras un paisaje “humanizado” desde  el siglo XIX volverá a “renaturalizarse” con estanques, malezas y mosquitos.

Olga Puertas és regidora no adscrita de l’Ajuntament de Sant Boi.

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