Estamos ante una pandemia que, tal y como confirman los historiadores y expertos en epidemiología, las reacciones son similares a las ocurridas a lo largo de la historia: muchas veces irracionales y delirantes. En estos momentos la sociedad tiene miedo, incertidumbre, ansiedad y desconocimiento. Ante esto necesitamos confiar y actuar conforme la comunidad científica y los poderes públicos nos anuncian, a sabiendas de la dificultad de la toma de decisiones.
Por su parte, los poderes públicos tienen que observar, analizar y estudiar las reacciones de la sociedad y atender a la diversidad de intereses y necesidades. En estos días podemos ver como la gran mayoría de la población actúa correctamente: se confina, se ofrece a colaborar, empatiza con la precariedad del sistema ante algo desconocido y sacrifica sus intereses individuales por los colectivos. Pero hay una parte minúscula que tiene otros objetivos e intenta generar estados de opinión para reforzar sus intereses de parte que, en estos momentos, suenan irreverentes. Quien se aprovecha de la dificultad social en momentos críticos para obtener rédito personal a corto plazo está mostrando una actitud irresponsable y poco compromiso con el bienestar común.
Estamos viendo estos días como, una minoría de colectivos o individuos, coquetea con mensajes sobre que promueven la alarma social, la estigmatización de la población china, pérdidas económicas, cuarentenas escasas o excesivas -según los intereses- y alimentan tensiones territoriales que no aportan ninguna solución.
En estos momentos queremos confianza y seguridad. Por eso, la reflexión histórica nos debe llevar a una conducta serena y responsable, a todos y todas: responsables políticos, medios de comunicación y el conjunto de la ciudadanía.
Como responsable político municipal, me gustaría recalcar que nuestra función, desde la proximidad, es dar respuesta a las necesidades de las personas, pensando, coordinando y articulando respuestas coherentes y, en la medida de lo posible, útiles para afrontar esta crisis sanitaria. Siempre respetando nuestras competencias locales, pero sin renunciar a trabajar en equipo y a exigir a las instituciones pertinentes el cumplimiento de sus obligaciones. Porque todo el mundo es necesario para construir una respuesta efectiva que acabe con esta crisis sanitaria.
La ciudadanía cuando ve trabajar conjuntamente a las diferentes administraciones se tranquiliza y cuando las ve enfrentadas, tirándose los platos a la cabeza, se desespera, se angustia y pierde la esperanza.
Estos últimos días, en Sant Boi, fuimos capaces de organizar y coordinar el trabajo conjunto de instituciones, voluntarios y empresas para efectuar distintas tareas de limpieza y desinfección, primordiales en este momento. La Unidad de Militar de Emergencias (UME), los voluntarios de Protección Civil, los agentes de Defensa Forestal, la Cooperativa Agrícola y empresas, algunas involucradas de forma voluntaria (Montané Tractaments) y otras privadas. Esta es la respuesta del mundo local: coordinación, colaboración y exigencia a las administraciones necesarias para atender las necesidades de nuestros vecinos y vecinas.
Apelo a la serenidad, la implicación y la responsabilidad. Necesitamos una mirada amplia ante lo que estamos viviendo estos días, porque si, finalmente, ha de cambiar nuestra historia que sea para mejor.
José Ángel Carcelén es primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat y Secretario de Programas del PSC Baix Llobregat