El pasado domingo, en este Palacio de bodas civiles que es la” Torre del Sol”, se oyó tras la lectura del Código Civil y la breve alocución del concejal de turno, que oficia la ceremonia al aire libre; la por mí favorita ‘Marcha de Pompa y Circunstancia’ de Elgar, que es una pieza animosa y adecuada para una boda. Oírla me hizo pensar en el silencio y escaso tránsito de la Iglesia de Sant Baldiri, situada a poca distancia del Parque, el lugar, donde se celebran más bodas de nuestra ciudad.
La ceremonia civil es rápida, barata y accesible, y tal vez pueda mejorarse en cuanto a empaque ceremonial y de contención respetuosa de los asistentes, pero su alegre espontaneidad, disculpa las ocasionales salidas de tono de los invitados; también, la señalética, los parkings y las recomendaciones ecológicas en cuanto al mantenimiento del enclave -una notable zona verde urbana-, deben tenerse en cuenta.
El 90% de los matrimonios del Baix Llobregat (2017) son civiles. Por el contrario, las bodas católicas son escasas, -el obispo Cortés de Sant Feliu- reconoce “una sangría de creyentes por causas internas y externas”, el CIS y el CEO abonan su diagnóstico con sondeos y cifras: el 70% no va nunca a oficios religiosos, el 43% son ateos o no creyentes y el 48,6% dice ser católica, siendo en Cataluña la más baja de España.
Es evidente que un laicismo práctico y poco doctrinario se impone también en nuestra ciudad al costoso ritualismo y dogma tradicional, que contrasta con el más libre de los evangélicos; aunque no con el culto estricto, arraigado en el colectivo norteafricano, que permanece constante.
Sant Boi tiene 4 parroquias y dos centros colegiales concertados : Vedrunas y Salesianos, por los que millares de santboianos han estudiado. Un asilo de ancianos y dos centros psiquiátricos regidos por fundaciones religiosas .”Caritas” participa en el Banco de Alimentos.
La presencia y poder patrimonial eclesiástico es importante con unas relaciones que se pretenden –ahora- mantener en una esfera distanciada y neutral en lo posible. Las pruebas: Una moción pro-laica, permisos de rehabilitación edificatoria estrictos, desacuerdo con el Teatro del Centro, y, los probables por venir, en cuanto a la aplicación del IBI y a los influidos por la esfera superior del Gobierno en cuanto a renovación del Concordato y de los nuevos criterios judiciales en los casos de abusos a menores. Hay tareas pendientes y una desvinculación mayor de la Iglesia del Estado es casi segura.
Por ello, me sorprende que un joven con minusvalía, que ha colaborado 18 años como sacristán en la Parroquia a satisfacción; voluntario de Protección Civil y siempre dispuesto a participar en actividades y festejos de forma altruista, simplemente al parecer por haber ayudado mínimamente en la modesta campaña municipal de Ciudadanos (cuarta fuerza), se haya visto en la tesitura de dejar su preferencia política, para continuar en sus funciones. Los sacristanes forman parte del acerbo literario y antropológico español y su consideración es simpática y positiva. ¿Con libertad de opinión garantizada? En la actualidad, en una Iglesia poco frecuentada son auxiliares valiosos, máxime cuando la mayoría son pensionistas sin coste.
Hablemos de las relaciones institucionales y de su necesaria evolución a nivel santboiano, pero sin desdeñar el aspecto humano por pequeño que sea y que nos puede explicar en parte que muchos prefieran rituales laicos a otros. Lo digo en el día de San Fermín que, yo con ascendencia navarra, respeto. Todas tenemos contradicciones…como solicitar el Museo local para bodas civiles, como en Badalona a un curtido concejal de Cultura que aún lo esta pensando, como el bronce de Rodin supongo.
Olga Puertas, regidora de C’s a l’Ajuntament de Sant Boi.