Sant Boi es una ciudad pobre, con la segunda renta media más baja de la comarca, e inferior a la media española; aunque tuvo durante muchos años una potente industria textil: la hispano-suiza Manufacturas Dubler, la fábrica Güell y la Massallera, eran fábricas que empleaban a millares de obreros en turnos de producción que las sirenas regían.
Sant Boi no eran tan solo sus agricultores; los cuales a veces simultaneaban el campo y la fábrica. Era ya un lugar que atraía la emigración del interior de Cataluña y del sur de España. Me consta que el antiguo alcalde Jaume Bosch trabaja el tema de las emigraciones económicas a Sant Boi.
Más tarde el textil inició su larga crisis con los cierres de las antedichas firmas y siguió una diversificación al sector farmacéutico: Organon y Ordesa que aún sigue. También Unyl textil resistió unos años y el culmen de la desindustrialización se produjo con el cierre de BRA dedicada al acero inoxidable. Bóbilas, graveras y vidrierías fueron cerrando todas. Talleres metalúrgicos, imprentas y hasta una fábrica de tragaperras fueron clausuradas sin relevo. Sant Boi era ya un desierto industrial y los obreros con bicicleta y velomotor desaparecidos. Todos debían ir fuera de la ciudad a sus nuevos empleos en coche, ya que el ferrocarril y el bus flojeaban.
Sant Boi era ya una -“ciudad dormitorio”- con su zona industrial convertida en aparcamientos, almacenes o trasteros que generan pocos empleos. Salvo el complejo sociosanitario “Parc Sanitari”, con sus miles de empleos directos e indirectos el nuevo filón de servicios, inexplicablemente abandonado a su suerte. Y en el que el número de empleados santboianos es muy bajo.
Nuevo consistorio
En esta situación y con una 15,2% de pobreza crónica; empezó en la sala de actos la toma de posesión de los 25 nuevos concejales del Consistorio. Con mayoría -13- del PSC y el refuerzo de -2- IU ;ERC 5 ;Cs 3; Podemos 2. Sin color opositor, salvo la búsqueda de rastros de erradas y corruptelas en estos 40 años seguidos de PSC. Diría que bajo los cegadores focos de la incómoda sala de actos de la antigua fábrica “Massallera” en las 2 horas de la ceremonia -no hubo incidentes, como en otras ocasiones-, todo se desarrolló conforme al protocolo.
En mis cinco min de discurso reconozco que mi mente trataba de adivinar como el electorado castigaba a compañeros conocidos con la puerta de salida y permitía la entrada a otros. Sí que hablé de nuestra nueva fábrica de empleo el -“Parc Sanitari”- para que éste amplie más actividades de alcance comarcal y a la reforma de nuestra FP. Me referí al aislamiento secular y forzado de nuestra ciudad que le provoca una rotación de censo de 3.000 personas/año y como no a un tema desatendido -la atención feminista a la mujeres emigrantes-, donde el número de feminicidios es porcentualmente muy alto. Poco es, pero eran solo cinco minutos.
A la salida también -sin incidencias-, me comentaban allegados: la mala climatización y las torturadoras sillas de plástico de la sala, montadas sobre “mecanotubo”. En fin, algún día dispondremos de uno de los dos ruinosos Ateneos y se celebrarán allí es de suponer los eventos y los actos como el comentado, con el confort y la máxima seguridad posible. Aunque es justo reconocer que las jornadas a turno de “Massallera” no debían ser muy confortables y sanas. Pero eran otros tiempos.