En la guerra del Irak, tan impopular en España, se impuso para la prensa un control militar informativo. Se “empotró” a los periodistas en las unidades militares, restringiendo su libertad de movimientos y su capacidad de investigar. Este concepto ha quedado para referirse a las situaciones de aparente libertad de información que practican los gabinetes de prensa e instituciones.
Pondré ejemplos: en nuestro Ayuntamiento de Sant Boi seguir los actos de protocolo más transcendentes no es posible para la oposición, -simplemente no la avisan- las protestas consignadas en los Plenos, escritas y filmadas, no han logrado la “apertura protocolaria”, tras 40 años de poder socialista seguido y con diversas coaliciones. Seguimos igual, sin Ley de transparencia y con ella. Igual.
En la revista “Viure Sant Boi” (35 mil ejemplares) ocurre algo parecido: a la oposición, aún con la disminución del voto socialista, solo se nos conceden dos páginas interiores de apretadas columnas. Seguimos igual de mal que en los primeros años postfranquistas de dominio socialista.
Radio Sant Boi es un caro juguete (500.000 euros su última inversión) que una ciudad con una renta de 25.645 euros de renta media, inferior a la española, no puede permitirse. Su programación con bajísima audiencia no concede espacios a la oposición ni a la crítica municipal. Eso sí, semanas antes de elecciones se nos llamará para que participemos en el habitual guirigay cuatrienal, de todos contra todos. Se ha solicitado programación municipalista y sin cambios. ¿Tal vez con la Síndica?
En los Plenos municipales una vez al mes por ley, se procura que la inefable jerga administrativista ibérica, elimine lo comprensible, la viveza y el ajuste a un horario previsible. Se cambian las fechas de convocatoria, con frecuencia, iniciado el ritual mensual. Abundan las tácticas dilatorias, las triquiñuelas reglamentarias para castigar al concejal rebelde. Son frecuentes las interrupciones amigas, de temas variopintos.
Por el contrario, los ruegos y preguntas que hacemos al final, se quedan sin respuesta en su mayor parte. Un caso reciente al edil sr. López se le “ruega” sobre la prueba cultural CCSE que permite nacionalizarse a los inmigrantes, aduce afonía y no responde, luego recupera el habla fuera sala.
Por todo ello muchos concejales bisoños se aburren de manera ostentosa. Todo contribuye a que los concejales opositores, yo misma con dos títulos universitarios, nos sintamos defraudados porque el socialismo en el poder, no acepta ni la crítica constructiva (que anuncié en mi toma de posesión) y reaccionan muy mal ante las cifras oficiales: los 25.645 euros que nos colocan entre los más pobres de la comarca, y a todos nuestros vecinos, mejor. Una evidencia.
Se sulfuran ante el aumento del delito 2,8% (2017-18) que revela Interior. Nuestros 102 agentes, suspiran por reformas e inversiones como en Badalona.
PSC-IU se pelean cada vez más, son ya malos socios para gobernar juntos, pero esperan elecciones. Todos ellos, pretenden ocultarnos las consecuencias de ser los más pobres del extrarradio y sin atractivo inversor. Por temor al castigo electoral.
Porque el núcleo duro del poder municipal, esta blindado, por sus cargos funcionariales, en excedencia. Si pierden el poder se quedarán de funcionarios en la burocracia municipal. Por si acaso. Por eso a los Plenos para “iniciados” acuden los técnicos “susurrantes” y pocos más.
Cuarenta años con los socialistas, son ya 4 generaciones, es excesivo. Démosle la vuelta a la tortilla entre todos.