Sant Boi con sus 83.000 habitantes es una ciudad que precisa una dirección política y técnica de calidad. La actual mantiene nivel respecto a la anterior en cuanto a titulaciones académicas, aunque su experiencia ejecutiva real es de mediana a baja. Por ello precisan nuestros dirigentes políticos del auxilio discreto y permanente de los técnicos de la “casa”. Y ambas castas nos crean la vigente tecnoestructura que tiene ya una solera de 36 años. No esta mal. De tiempo en tiempo se producen relevos en esta segunda línea de apoyo técnico burocrático. Para el gran público pasan desapercibidos, y cuando se producen son simples sustituciones de caras en un anodino acto burocrático con un mínimo de asistentes. Se ignoran los méritos de los entrantes y los deméritos de los salientes, simplemente ocurren.
Así entre otros ocurrió la sustitución de la anterior secretaria del Ayuntamiento: la señora Valverde por el actual, el señor López, proveniente de la empresa municipal CLAUS. Bien es cierto que tanto el secretario como el interventor son designados y no tienen plaza fija. Así pues, su independencia profesional es menor dado que dependen de la pura voluntad política y personal del alcalde en el poder.
Un cargo más en la sombra y muy notable es el de gerente municipal. El actual, el señor Farreras, ha entrado en situación de futura jubilación para el 2017. Se habla de una posible sustituta ya -en preparación-, para paliarle sus déficits de conocimientos económicos. Este hecho es revelador, aunque es cierto que en el pasado hubo gerentes autodidactas. Y aunque con pifias y errores, seguimos vivos. Pero dada la gravedad del estado actual de las cuentas públicas municipales y su creciente falta de ingresos se antoja como peligrosa esta posible designación. Veremos. También el señor Rosón, hoy gerente de la fallida CORESSA, sustituyó al longevo señor Travería, tras algún escándalo ocurrido. Este gerente esta difuminado y se niega a conceder entrevistas sobre sus quehaceres. Antes fue economista municipal. También la oposición le “sufre” en el Consejo de administración de CORESSA. Hay tanto que ocultar tal vez.
Seguimos, el señor Dalmau, Síndic de Greuges local, acaba sus ocho años y se busca sustituto. En Barcelona esto se hace con participación ciudadana, no en Sant Boi, donde se “informa” sobre la cooptación de posibles candidatos. La transparencia y la importancia de la mediación en muchos conflictos socioeconómicos, nos lleva a desear su realce funcional de cara las reclamaciones ciudadanas, no a las limitaciones y excusas. Un nuevo síndico sí, pero con poder y no un amable relaciones públicas.
El veterano interventor señor Estivill parece llegar también a penúltimas etapas. Hay otros menos conocidos como el señor Kulic, un ingeniero hispano-croata que rige Obras como las del nuevo mercado de la Muntanyeta, también los semáforos y tráfico. Es un hombre poderoso que el ciudadano afectado por asuntos de su área ignora.
El señor Vilatarsana es el nuevo jefe de la policía local, en sustitución del señor Samsó hoy con la Colau persiguiendo a los “manteros” en BCN. Sería bueno que todos estos técnicos, en su mayor parte funcionarios, fueran conocidos y reclamados si fuera menester, dado que casi siempre tienen la última palabra en los asuntos concernientes al ciudadano medio.
Con más de 700 empleados, más los 200 de CORESSA y sus 92 millones de presupuesto, el Ayuntamiento de Sant Boi es la gran empresa local y sería conveniente que eligiera al mejor personal político y técnico con un criterio de lo más objetivo posible en pos de su excelencia funcional. Y no se olviden que a estas dos líneas de políticos y técnicos, se añade una tercera línea de refuerzo con consultores externos y asesores ocasionales, que no esta nada mal si todo ello se puede pagar y es rentable. Ya se irá viendo.
Olga Puertas, concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sant Boi