Ya pasó la oleada publicitaria de las últimas elecciones municipales, con vencedores y vencidos; qué humillante resulta ver tu rostro pidiendo el voto con anuncios breves y positivos, durante semanas y no ser elegido; hasta que la brigada municipal, limpie de pancartas todas las calles, y las prepare de nuevo para la forzada y estival nueva elección general del 23 de julio. Más pancartas de plástico, banderolas, más papeletas y sobres, discursitos; más gestiones en Correos para poder votar o para excusarse y no ir obligado a las mesas electorales con las vacaciones pagadas. ¡Vaya capricho, vaya fecha escogida maliciosamente! ¿Para incentivar el abstencionismo?
Casi la mitad del censo electoral samboyano -no ha votado-, a los 16 ediles del PSC a los que se han sumado los dos “innecesarios” de “Comuns”, siguiendo intereses cada vez más espurios.
Dos “paracaidistas” de Ciudadanos se han estrellado por su codicia y falta de arraigo local. El independentismo en sentido amplio, ha ido a la baja y casi desaparecido: salvo por tres ediles de ERC. Reaparece la derecha clásica en sus dos versiones PP-VOX. Normal. Por suerte “Aliança Catalana” no llegó, donde si hubo Plataforma per Catalunya con 3 regidores. Casi nadie lo recuerda ya. Pronto 48 años de PSC en el poder, solo y coaligado con minorías a las que abraza y reduce: véase la historia de sus alianzas. ¿Merece el PSC tanto apoyo? Sant Boi es una ciudad dormitorio, con tres losas urbanísticas que son como “una camisa de fuerza” para su desarrollo territorial: Parc Agrari, Psiquiátricos y Cuartel más la Central Endesa. Algunos añaden las “urbanizaciones salvajes” de montaña.
El primero en discusión, dado sus magros y desorientados objetivos agrarios; los segundos precisados de mayor inversión sanitaria y de control público; el tercer asunto (cuartel) camino de un posible arreglo largo y proceloso. A ello , sumemos la drástica desindustrialización con pérdida de millares de empleos, -en el textil y el metal-. Quedando la zona industrial vieja y descuidada; solo miremos el “Prologis” de Viladecans el gran preferido de los inversores. También cuando se habla de “orgullo local” ¿por qué no salir ya del “ranking” de pobreza comarcal? Y mejorar la renta media en relación a nuestros vecinos. ¿Ya es hora no? A través de colegas enseñantes, sé del bajo nivel general de nuestros centros educativos: aún con salvedades. Abandono escolar y “ninis” se dan la mano con un altísimo paro juvenil. Nuestra acogida a los extranjeros, es entre liberal y permisiva, que no quiere decir integradora. Recientemente una exposición “presumía” de nuestra ayuda casi misional a San Miguelito (Nicaragua) a su vez la dictadura sandinista, nos incautaba fondos, una radio y expulsaba al coadjutor español que velaba por el plan de ayuda. ¿Cuánto dinero malgastado sin provecho?
Mientras, muchos samboyanos no pueden pagar ya sus suministros básicos.
Un equipo veterano y profesional permanece al mando de la ciudad, muchos van camino de la jubilación. ¿Nada que decir? Para ellos, -la alcaldesa de Tijuana (2 millones de habitantes) Montserrat Caballero, (abogada) residente en un cuartel, por amenazas de traficantes de drogas y mujeres- da en el clavo de sus motivaciones: “La política es la defensa de todos, pero yo también quería vivir de eso. El que diga que solo está en política para ayudar a los demás, sin ayudarse a sí mismo: Miente.” Una alcaldesa en peligro, en la ciudad donde el feminicidio es una plaga, habla claro. No todos los políticos lo hacen; ahora se preparan la tabla de “surf” para mantenerse encima de la oleada electoral del 23 de julio. Surfear con 40 años de experiencia tiene mérito.