Es así como denominan, en su argot propio, los promotores, urbanistas y ediles del tema a las superficies urbanizables o parcelas para edificar de inmediato. Sant Boi, con su 3% de suelo urbanizable y su limitador «parc agrari» de 380 hectáreas agrícolas, sufre la carestía de suelo listo para construir.
Las soluciones a ello son, ya desplegado el mapa del término municipal de 2.148 hectáreas, buscar en los límites de la superficie edificada: nuevas parcelas, nuevas pastillas para construir, forzando el PDU e incluso el PGM en lugares discutibles. El objetivo confesado es llegar a los 100.000 habitantes como nuestros vecinos de Gavà y Viladecans pugnan por conseguir también; sus reservas de suelo son importantes para seguir su carrera de crecimiento demográfico. Se prevé una soldadura urbana en tiempo breve, de las tres urbes, más que una paciente labor de cosido y esponjamiento urbanístico.
La gran reserva de suelo de Sant Boi es el acuartelamiento de Santa Eulalia con sus 10 campos de fútbol en sus 102.000 m2 o 10,2 hectáreas. Esta cantinela de datos, desde el 2003, se ha repetido en tres ocasiones con la esperanza de materializar un trueque con Defensa. Un cuartel del 1947 que de millares de reclutas ha pasado a 100 civiles y 25 soldados, y de ser un centro de envíos logísticos y revisiones mecánicas, sus campos sin actividad ven crecer la hierba (un gran gasto su siega) y la vigilancia del perímetro es con vigilantes privados.
Es decir, si en el argot inmobiliario se habla de “bicho” cuando existen inquilinos problemáticos en un edificio, el cuartel es un “muerto” para Defensa por su coste/beneficio y cuando lo visitas te das cuenta de las ganas que tienen sus mandos de trasladarse. Hasta su teniente coronel me explicó el venderlo a “pastillas”. Sabemos que ni en 2003, con su paella para millares de eufóricos celebrantes que despedían al cuartel, ni en 2007, ni en 2011 con protocolos de intenciones firmados con pluma, flashes, sonrisas y abrazos, hubo nada concreto. Sueños de pelotazos sí, falta de recursos para compensarlo, también; con las evidentes dificultades para permutar dada la escasez de suelo industrial.
Los militares vendían, pero querían unos nuevos talleres equivalentes en valor. Pasaban los años, los escritores y articulistas se referían a la herida, a la división de tres barrios, pero era un tema tan retrasado que la caduca subestación de Endesa con 67.000 m2 contigua al cuartel sí progresaba en su traslado a Can Gavarrot cerca de la central REDESA. La suma de cuartel y central son 167.000 m2, 16,7 hectáreas de superficie útil para descongestionar barrios y aumentar las zonas verdes internas.
Hace unos días el senador Castellana de ERC consiguió una respuesta interesante de la ministra Robles. Esta sí afirmó que se disponía ya de un terreno un “poco pequeño” para permutarlo por primera vez; y en semanas la alcaldesa Moret daría el visto bueno a una propuesta mejorada sobre el tema. La valorización general de todos era que se reconocía un avance real que, en las otras ocasiones, no se había dado.
Así pues con esta casi certeza, y con la ayuda de conocedores del tema, se piensa que el terreno que mejor se ajusta al intercambio es la superficie del antiguo híper que con sus 9 hectáreas y la suma posible de terrenos próximos, podría dar con las 10 hectáreas que se precisan para el final feliz que se nos anuncia. La situación del antiguo híper es un tanto confusa pero las instituciones colaborarán para su arreglo, porque su superficie encaja en este rompecabezas .Y hay elecciones en 2023.
Olga Puertas és regidora no adscrita de l’Ajuntament de Sant Boi.