
Se cuenta que el Marqués de Marianao, un negrero con propiedades en Cuba y Filipinas, era un gran amigo de los animales. Y de este amor quedan pruebas en el Parc Samá de Cambrils, en su zoo y en su aviario, además de en una alberca donde pululan cisnes blancos.
En el Parc Marianao de Sant Boi no hemos tenido suerte. El administrador se agenció la propiedad en 1944 y la parceló. Después, en 1974, cedió el palacio ruinoso y los restos sin edificar al Ayuntamiento de Sant Boi estando ya en abandono. Por aquel entonces no se recuerdan cisnes, tal vez patos que acabaron mal en el estanque de aguas verdosas.
Samá era un hombre pobre y decidido que con la trata de esclavos se hizo rico en poco tiempo. Hoy, en esta ciudad donde veraneó e intrigó, han aparecido dos cisnes negros que han sorprendido a unos dirigentes socialistas que creían saberlo todo tras 42 años en el poder. Cuando digo todo: es todo.
Sin embargo, no ha sido una maldición vudú de los negros cubanos de Marianao contra los que disfrutan la herencia de quien les maltrató en sus fincas. Tampoco han aparecido en la antigua mazmorra donde se celebran los plenos, lugar de abusos hasta 1986.
No, estas extrañas aves, han volado no de Australia, sino desde China en forma de virus maligno de murciélagos y han hecho trizas los Presupuestos 2020. Un bonito cuento de la lechera que ya es completamente impracticable.
Si partimos de la base del propio “Plan de gobierno 2015-2019” socialista; leemos que Sant Boi es la segunda ciudad más pobre de la comarca con un 54% de habitantes en dificultades para llegar a fin de mes, con una renta media inferior a la nacional, un 13,4% de analfabetos y un 30% de mayores de 55 a 80 años.
Con sus 83 mil habitantes concentrados en una alta densidad de 3.800 habitantes por km2 y con solo el 3% de suelo urbanizable, Sant Boi es un cuadro tras 42 años socialistas de poder.
Por ello, el que los dos cisnes negros nos hayan sobrevolado, ha revelado una de las cifras más altas de infectados de Covid-19 de la comarca y por supuesto el registro de 7.000 afectados de ERTEs, la mayoría sin cobrar sus pagas. Por ello en tres reuniones virtuales ya se han habilitado partidas de urgencia arañando cantidades de apartados secundarios.
Bien, como diría el ensayista Nassim Taleb, un cisne negro inesperado nos ha sorprendido agitando las fétidas aguas del embalse de Marianao. Doblar raciones del Banco de Alimentos; aumentar la cabida de los comedores sociales; compensar impagos de agua, luz, gas e impuestos con moratorias, subvenciones y pagos aplazados. Muy bien, por el plan de choque es útil.
Pero, aprovechando el decreto de alarma, aparecen detalles del segundo cisne negro en forma de pago urgente a una dama -A. LL.-, expropiada de unos terrenos en Camps Blancs a la que el Ayuntamiento se compromete a pagarle 2.794.822, 53€ en pagos trimestrales hasta abril del 2021 con firma del acta de pago final.
Ante semejante dispendio de calendario ajustado, y en un momento gravísimo para la economía municipal, he decidido abstenerme ante esta decisión y razonar como economista lo temerario de este calendario de pagos que la propia interventora estima: que deberemos endeudarnos.
Y estos dos cisnes negros de pesado vuelo sobrevolarán por años nuestra ciudad. Las excusas cuando entremos en situaciones graves por el estado de necesidad serán difíciles de creer; tanto como ver cisnes blancos en la balsa de Marianao.
Olga Puertas és regidora no adscrita a l’Ajuntament de Sant Boi.