Muchos sanboyanos arrastran largas hipotecas que con penas y trabajos van cumplimentando hasta su fin. En la etapas de Rato y Solbes las hipotecas se concedían con facilidad y las posibles insolvencias se “subsanaban” con letra menuda y largos plazos a: 20, 30, 40 años y más. El desbarajuste acabó en el 2007 y la trampa hipotecaria, provocó dramas personales y familiares terribles. Siempre me he preguntado que hacía el llamado “síndic de greuges” en toda esta etapa de reclamaciones y abusos, la respuesta esta en el viento… que diría Dylan. Si la función mediadora no servía; la oficina de consumo, eludía compromisos con el maltrato bancario. Y las licencias de construcción se concedieron sin muchos remilgos.
Hoy en S. Boi sabemos que muchos se deprimieron y enfermaron, otros recibieron ayuda psiquiátrica en nuestros centros; los estragos de la crisis inmobiliaria en nuestra ciudad fueron tan terribles como de otra forma en los ochenta: la drogadicción con heroína que a tantos de nuestros jóvenes afectó.
Ambas plagas han remitido; pero las huellas de los “pelotazos” inmobiliarios persisten en forma de edificios y estructuras de hormigón sin concluir, que son de bancos o de empresas en litigios. También en los más de 400 edificios okupados impunemente.
Aún así no escarmentamos, porque de nuevo se autorizan bloques en la Montaña y se saturan espacios del barrio Marianao.
Mientras un cuartel y una insana Central esperan comprador municipal, éste se muestra desganado porque no puede dar “el pelotazo” consabido.
Es impropio de una ciudad bien administrada el fiarlo todo a las plusvalías inmobiliarias y descuidar las rehabilitaciones y el esponjamiento verde con jardines verticales y terrazas ecológicas. La ruina del Ateneo tiene que ver con la lenidad municipal ante los subasteros y ahora con los “okupas” que pretenden administrarlo.
Sabido es que hay parkings municipales semiacabados y locales comerciales en el complejo del cine Castellet: todo sin estrenar.
Al pasear por nuestras calles con forasteros y en confianza se les escapa un comentario zumbón sobre nuestra suciedad urbana que la combate ¡cómo no! la empresa municipal Coressa.
Todas las ciudades tienen alma y la de S. Boi se puede hallar en “Rompepistas” y “Antes del huracán” del escritor local Kiko Amat. También los Hnos Gassol y Esteller nos han puesto en el mapa pero la ciudad continua siendo “invisible” que diría Marc Andreu en su libro que describe el cuartel y la Ciudad cooperativa como graves problemas urbanos irresueltos.
También el 15,20% de pobreza es excesivo, segundos de la comarca tras Cornellá.
Nuestro paro sobre el 12% y el Parque industrial roza la obsolescencia en muchas de sus viejas calles carentes de fibra óptica. Hay poca creación de empleo y de escasa cualificación.
He hablado de almas y considero desalmado que el Ayuntamiento no quisiera colaborar con ACVOT (víctimas del terrorismo) para dar a conocer su labor en la ciudad. Ciudadanos fue derrotado por defenderlos.
Pero claro 40 años de socialismo con ICV son una pesada hipoteca que nos cuesta de pagar (Franco gobernó 40 años) así que renovemos las condiciones y ajustemos el plazo y fecha. Cambiemos a Ciudadanos y podremos salir del bucle rutinario en que hemos caído en S.Boi.
Olga Puertas és regidora de Ciutadans a l’Ajuntament de Sant Boi.