Es el “año del pato cojo” dado que en junio de 2019 habrá elecciones municipales e inauguraciones pero muchas decisiones importantes no se tomarán o a la manera Rajoy se aplazarán; mientras tanto irán apareciendo detalles de pre-campaña electoral.
Y esto con el marco autonómico suspendido y las complicaciones por la falta de acuerdo en ¿quién gobierna?. Descubrimos en la revista municipal y en el cine Castellet el nuevo lema de que somos una ciudad sostenible, con premio y todo.
El premio lo patrocina la Fundación “Fórum ambiental”, un “lobby” mixto de las empresas medioambientales e instituciones.
¿Habrá ayudado el que Sant Boi haya gastado más de 3 millones de euros en renovar la flota y contenedores de Coressa -la deficiente empresa municipal de basuras-, en perdidas crónicas?. Por cierto, los contenedores viejos siguen abandonados por centenas en un solar del Alcampo, esperando destino.
Algunos premios son mediatizados y de escaso valor en la liga UE de inter-ciudades europeas; mucho menos que el “Europa Nostra” o el Goldman por supuesto.
Consideremos la existencia en pasadas pre-elecciones de otras operaciones de imagen, con buenos resultados a pesar de su carácter de “fake-news”.
1- En 2003 se anunció el traslado del cuartel a la zona industrial con toda la fanfarria, su “ocupación” se celebró con una paella gigante para 3000 personas, pero no hubo tal.
2- En 2007 los señores Montilla-Alonso-Bosch firman un convenio para construir 1983 viviendas y 841 Viviendas de Protección Oficial (VPO), 2824 en total, no están aún.
3- En 2011 el alcalde Bosch y la ministra Chacón renuevan el “convenio” y nada de nada, hasta hoy.
Un abrazo en el aire en toda regla que los planes -Muntanya y Parellada-, ponen en más evidencia. Sobre todo cuando una comprueba por sí misma que el teniente coronel de la base ante maqueta, esta dispuesto a vender a trozos los 100.641 m2 de un cuartel obsoleto y trasladarse a la zona industrial más cercana al puerto, aeropuertos y a la C-232. Como explicación “socialista” se da la inexistencia de la fiebre inmobiliaria del 2007.
Mientras se incumple la cuota del 10% de vivienda social y se toleran las “okupaciones”, en más de 500 viviendas, generando focos de malestar vecinal y hasta de delincuencia.
También la alcaldesa Gisbert nos habló un día de su “Ciudad del Cine” como un posible remedo del “Esplugas City” para rodar películas, muchos ríen aún de la ocurrencia, otros la votaron. También se dijo que tendríamos “Metro” y se montaron dos decorados con las ”nuevas paradas”, -sin metro y sin tranvía-, otra fantasía pues.
Recordarán el “slogan”: “Boixos per Sant Boi” otra campaña y el “Clúster de Salud mental”, publicidad, prensa, protocolo, perdidas materiales y poco más.
Ha venido el IESE previo pago y les ha sacado tarjeta roja, -con un 12% de paro-, y muchos jóvenes “ni-nis” para que creen empleos en Sanidad (propuesto por Ciudadanos en Pleno) y en Logística como nuestros vecinos. Lo están pensando.
Hay un ranking comarcal de pobreza: Sant Boi con un 15,2% es la 2ª después de Cornellá. Aunque presume de que ayuda de las que más al Tercer mundo: 421 mil euros.
Otras ciudades han mejorado en años. Aquí con 39 años socialistas, Sant Boi se mueve entre la medianía y la zona baja de las ciudades con más de 75.000 habitantes. Poca natalidad, estancamiento vegetativo y rentas bajas. Su zona industrial debería atraer empresas, en lugar de ahuyentarlas y sobre todo que cuando se habla de “coser barrios”, se mirara el cuartel aunque fuera con un dron y se decidiera que es mejor unos planes urbanos por etapas y modestos que “pelotazos” y recalificaciones sin ton ni son para cuadrar las cuentas. Desconfíen, empiezan los abrazos al aire.
Olga Puertas es concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sant Boi.