Acaba el 2019 y resuena el verbo “coser” para referirse a una función de los políticos, que es mantener el equilibrio social -vía diálogo y debate-, pero sin olvidar aquella premisa de Josep Pla: “Un gobierno debe garantizar el orden y la moneda”.
Mucha retórica medio ambiental y camisetas verdes en fechas señaladas, y ahí queda todo. Están bien los huertos comunitarios y el aprovechamiento de yermos y tierras públicas para parados, pero seguimos con el Canal de 1855 y sus compuertas que riegan por inundación.
Con más de 700 empleados, más los 200 de CORESSA y sus 92 millones de presupuesto el Ayuntamiento de Sant Boi es la gran empresa local, y sería conveniente que eligiera al mejor personal político y técnico con un criterio de lo más objetivo posible en pos de su excelencia funcional.
Sugerimos que los refugiados que vengan a Sant Boi recojan las novedades formativas y de orientación cívica que ahora ya deben acatar en Alemania. Valdrá más incluir estos implementos educativos que las permisivas tolerancias pasivas.