Con vistas al skyline santboiano de su juventud que se divisa desde la terraza de Cal Ninyo, Kiko Amat presentó su quinta novela ‘Antes del huracán’. El espacio se llenó de vecinos interesados en ahondar en este libro en que Sant Boi es más que un simple escenario.
Parece una tarde de verano como otra cualquiera en Sant Boi. La gente está en la plaza del Ayuntamiento tomando algo, los niños juegan en la fuente y los más deportistas pasean por el camino del río. Parece una tarde de verano como otra cualquiera en Sant Boi, pero no es así. En la terraza de uno de los lugares más populares de este pueblo, Cal Ninyo, hoy presenta su libro ‘Antes del huracán’ Kiko Amat, un santboiano que ha logrado posicionarse entre los mejores escritores actuales a lomos de su inverosímil dominio narrativo.
Cualquiera que haya tenido el placer de leer alguno de sus textos sabrá que cuida hasta el más mínimo detalle. En sus historias no hay cabida al azar y hoy lo ha vuelto a hacer. Estamos justamente en esta terraza porque el paisaje que desde aquí se divisa le recuerda a las vistas que observaba de niño desde casa de su abuela, el skyline de Sant Boi. Sus libros constantemente vuelven aquí, sus historias siempre desembocan en este pueblo a orillas del Llobregat, donde cuenta que le gusta volver para recordar su infancia y juventud, para indagar en el pasado. Por eso no es casualidad que haya elegido regresar tras sus pasos para presentar hoy su nuevo libro en las calles que un día le vieron crecer.
Está acompañado de su amigo Carlos, quien dice que antes de ser compañero, fue fan. También confiesa que le tenía algo de envidia por esa habilidad innata tan suya de comerse el corazón de la manzana en el primer mordisco. Sabe de primera mano que éste ha sido posiblemente el libro más importante, el que más ha significado para Kiko y, según él, el mejor hasta la fecha. En él, ha buscado ser otro para ser él mismo más que nunca.
‘Antes del huracán’ de la editorial Anagrama, es una tragicomedia que combina humor y melancolía en un pueblo de la periferia de Barcelona. Su protagonista es Curro, quien lleva veinte años interno en el psiquiátrico de Sant Boi a causa de un brote de locura homicida. Quiere escapar de allí y pide ayuda a su sirviente Plácido. Mientras traman su huida, el lector empieza a descubrir el pasado y las razones que llevaron a Curro hasta ese momento.
Durante la presentación, Kiko va respondiendo las preguntas que Carlos le hace, como si de una charla entre amigos se tratase. Comenta que nos han hecho ver el olvido como una patología, cuando es imposible olvidar algo del todo para siempre. En su libro no hay hemeroteca y Sant Boi no es un simple escenario, sino un lugar que te hace ser como realmente eres.
En cuanto a la técnica del libro, está basada en las conversaciones de bar con los amigos, en el uso exagerado de la hipérbole y en captar tanto la atención con la historia que el oyente (en este caso el lector) se olvide de quién está detrás.
En su diálogo con Carlos nos dice que la primera vez que se sentó delante del temido folio en blanco, tenía en mente hacer una novela cómica. Cuando era pequeño su madre trabajaba en el psiquiátrico y le obligaba a ir a veces a su trabajo por alguna extraña razón que todavía no comprende. También recordó un caso de homicidio que le impactó de pequeño y empezó a pensar que le podría haber llevado a aquel hombre a esa situación. Lo que nunca se imaginó es que precisamente en esas experiencias combinadas con el toque de humor que buscaba al principio serían algún día la génesis de su noveno libro.
Sorprendentemente, en la historia aparecen algunos de los típicos personajes planos que cualquiera juzgaría. Él les da la vuelta y hace que hasta empaticemos con ellos. No les quitamos responsabilidad por su acciones, pero podemos llegar a comprender qué les ha llevado a cometerlas.
Por último comenta que desde que tiene uso de razón le han parecido sumamente interesantes los códigos casi invisibles de la diferencia de clases que había en cualquier barrio. Es por ello que ha decido plasmarlos en su historia en la que se podría decir que casi rinde homenaje a la clase obrera.
Tras la charla, Kiko responde algunas preguntas de los presentes, durante las que señala que en ningún caso debemos tomar este ni ningún otro libro suyo como una autobiografía: no le gusta el género. Considera que la narrativa siempre será la manera más fácil de hablar sobre uno mismo y la forma más barata de confesar cosas que nunca diríamos a nadie a través de un tercero.